La comunicación de los problemas ambientales se puede hacer complicada si no se quiere caer en la estrategia de crear miedo en las personas para que cambien sus hábitos ambientalmente insostenibles. Comunicar desde la ciencia y el conocimiento es posible, y a largo plazo posibilita individuos concienciados con bases mucho más sólidas.
Escucha «La estrategia del miedo en la educación ambiental | el charco #14» en Spreaker.Campañas ambientales basadas en el miedo son fáciles de encontrar en el día a día. Muy llamativo es el caso de la contaminación y la COVID-19, donde ha sido muy fácil caer en el alarmismo y la tensión imperante en los temas que tocaba el coronavirus.
Y es una pena, porque la relación entre la contaminación y la salud está ampliamente demostrada y la mezcla con el coronavirus (del que no hay estudios aún en este sentido) deslucía completamente el objetivo perseguido.
A modo de ejemplo está este tuit que los autores ya borraron:

Otro ejemplo son los ya famosos microplásticos pues aunque existen múltiples estudios sobre su presencia a lo largo de todo el planeta, no existen estudios donde se correlacione con efectos directos sobre la salud de las personas.
Existen tantos estudios sobre los perjuicios que los residuos plásticos y los microplásticos producen que intentar la estrategia del miedo apelando a la salud humana es casi un insulto a la inteligencia de las personas que nos escuchan
Y como estos seguro que hay múltiples ejemplos, pero hay que recordar que la mentira (y la exageración lo es) es el peor camino para hacer educación ambiental. Mucho más efectivo y duradero es educar a través del conocimiento y las evidencias científicas.
Durante el programa he citado:
- “Direct assessment of health impacts on hospital admission from traffic intensity in Madrid”https://www.sciencedirect.com/science/article/abs/pii/S0013935120301468?via%3Dihub
- @ensgismau https://twitter.com/ensgismau
- “Más de la mitad de los plásticos en el mar son fibras de ropa de la lavadora” https://www.agenciasinc.es/Noticias/Mas-de-la-mitad-de-los-plasticos-en-el-mar-son-fibras-de-ropa-de-la-lavadora
- Estudio Alicia Mateos Cárdenas https://twitter.com/AliciaMateos_/status/1143469344862683137
- “‘Plastic-free’ fashion is not as clean or green as it seems” https://theconversation.com/plastic-free-fashion-is-not-as-clean-or-green-as-it-seems-139082
Transcripción automática
Qué pasa? Acabas de llegar a charco un podcast de opinión sobre medioambiente.
Soy Martínez ambientarlo, profesional del medio ambiente, porque trabajo formado para ello y hoy voy a opinar sobre la estrategia del miedo en la educación ambiental o en la comunicación ambiental. Voy a poner varios ejemplos que seguro que os suenan y seguro que os van a ocurrir muchísimos más. El primero es la contaminación y el Kobi 19, el famoso coronavirus. Esto viene a raíz de un tuit que puso sobre contaminación que puso una oenegé ambientalista que decía Sabes que el Kobi 19 ha sido más letal en ciudades con más coches y más contaminantes? Obviamente el tuit lo terminaron borrando, pero podría haber sido sabes que el 19 ha sido más letal en ciudades con más fumadores? Pero también podría haber sido. Sabes que el 19 ha sido más letal en ciudades con más pizzerías? Y efectivamente sería así. A lo mejor es porque la densidad de población es más alta. No lo sé. Se me ocurre. La correlación entre contaminación y muertes se conoce desde hace mucho tiempo, hace décadas. De hecho, justamente el mes pasado, en mayo del 2020, salía un estudio que era bueno, que hacía un estudio sobre el impacto en la salud en los hospitales. La admisión de personas en los hospitales madrileños correlaciona con la intensidad del tráfico, según un estudio de Ricardo Ricardo Savarese, de Julio Díaz, de Josías Narcea y Cristina Linares. Se debe buscar en Twitter como en Gizmodo, y alguna de las conclusiones que llevaban era que decían, por ejemplo, que el 13 por ciento de las admisiones hospitalarias por causas respiratorias estaban relacionadas con la intensidad del tráfico o el 39 por ciento de las admisiones hospitalarias por causas circulatorias estaban relacionadas con la intensidad del tráfico.
Y, por supuesto, la de crecimiento del tráfico en las ciudades estaba relacionado con un menor número de admisiones hospitalarias. Está clarísimo. Hoy todos tenemos claro que la contaminación en este caso, por ejemplo, de los coches y la contaminación en general afecta a la salud. Bien, no hace falta relacionar el Kobi 19 si no existen estudios que a lo mejor es cierto y muy lógico, pero no existen estudios, por lo menos no que yo conozca y es bastante, bastante pronto todavía. Otro ejemplo también que seguro que habéis escuchado es el tema de los microplásticos. Los plásticos y microplásticos. Está claro que entran en la cadena trófica, con todas las circunstancias que esto puede conllevar. Se ha visto desde la boca hasta el ano de todo tipo de especies en el mar se les ha encontrado microplásticos? Bien, esto es, esto es un hecho. Se sabe incluso que en temas de ropa más de la mitad de los plásticos en el mar son fibras de ropa. Un estudio de 2018 que se dice que también es muy, muy reciente, pero es que hay que tener en cuenta que las fibras de ropa orgánica, vamos a decirlo así, o algodón o lana, también perduran en los ecosistemas a lo largo del tiempo y algunos, incluso cientos o miles de años.
Y esas fibras también pueden llevar tintes, también pueden llevar productos químicos, etcétera. Y tampoco se conoce el impacto muy bien. Obviamente, los plásticos pueden tener problemas de toxicidad por las sustancias que vienen con ellos. Las substancias que vienen con ellos, como el calatos o etcétera. Está claro que los plásticos grandes se los pueden comer los animales y sufrir las consecuencias que muchos incluso pueden llevar a la muerte. Está claro que una botella tirada al mar puede engancharse un mejillón o cualquier otra especie y va a llevar especies exóticas a lo largo de todo el mundo. Pero realmente no se conoce la implicación directa en la salud de los microplásticos? En principio no vamos a morir todos por los microplásticos. Entonces está claro que es un problema grande, pero tampoco hace falta exagerar o o buscarle diez mil vueltas al problema de los microplásticos para comunicar miedo a la gente para utilizar plástico. Y de hecho, también hay una algo con el tema de los plásticos que muchas veces se suele unir al cambio climático. Son cosas diferentes. Si os venden que dejando de utilizar plástico estáis luchando contra el cambio climático, desconfiara un poquito, porque la verdad es que la implicación de esto no es tan importante. Esto igual da para otro charco, para otro día, pero bueno. Y seguro que hay muchos más ejemplos que otros, nos vienen en la cabeza de ejemplos de comunicación que se hace a través del miedo, a través de educación ambiental que se hace a través del miedo.
Y para mí esto no es no es factible. Para mí hay que educar, hay que hacer educación mental a través del conocimiento. Cuando uno exagera es mentir. Exagerar es mentir y mentir es lo peor, lo peor que podemos hacer a la hora de educar, a la hora de comunicar. Por qué en el momento que se descubre esa mentira, esa exageración, la persona ya esta lo tacha y es posible quien no solo tacha aquello que dijiste o que alguien dijo, sino que lo englobe todo y diga no es que todo es mentira. El conocimiento se asienta y evoluciona. La ciencia va poco a poco. Esto es algo que hemos visto con el coronavirus, que hay nuevos estudios que nos traen más conocimiento y medidas que antes no tomábamos. Son interesantes y otras medidas que tomamos a lo mejor ya dejan de serlo. Pero si uno explica bien esto, a la gente no le va a resultar raro y no va a creer que hay una conspiración. No, simplemente es que la ciencia evoluciona, pues esto es lo mismo con la educación ambiental. Cuando nosotros intentamos educar no creo que sea nada productivo educar con el miedo y muchas veces se nos escapa, a veces sin querer. Este ha sido el charco de esta semana.
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